El despegue
A causa de la huelga de los empleados del aeropuerto, que llegaron a
bloquear la pista de despegue, a los pasajeros del vuelo MCL 33 se les fue
pedido, amablemente, que empujaran el avión hacia las afueras de la ciudad
hasta encontrar un descampado desde donde poder despegar. Los pasajeros, pacientemente,
empujaron la aeronave por las grandes avenidas, las anchas calles y los
estrechos callejones de la ciudad, hasta que llegaron a un suburbio de la
periferia, limítrofe a la inmensa vega que se extendía hacia el nortre.
Fue entonces cuando los
pasajeros se dieron cuenta de que por el camino se habían perdido las dos alas
del avión. Asustados, se dirigieron al piloto, pero él, educadamente, les
tranquilizó y les aseguró que, por unos pasajeros tan «enrollados», estaba
dispuesto a hacer despegar el aeroplano sin las dichosas alas, cuya incidencia
en tal evento aeronáutico tachó de puramente anecdótica.
Konstantinos Paleologos
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