Τετάρτη 21 Αυγούστου 2024

«Cuando despertó, el minicuento estaba aún por escribirse». Enseñando a escribir minirrelatos en español a alumn@s grieg@s

 

Konstantinos Paleologos - Eduardo Lucena

 

 

«Cuando despertó, el minicuento estaba aún por escribirse»

Enseñando a escribir minirrelatos en español a alumn@s grieg@s

 

Hace algunos años, no muchos, uno de los autores de este texto fue amablemente invitado a participar como jurado en un concurso internacional gigantesco, por la participación de decenas de miles de concursantes, de microrrelatos. A raíz de esta circunstancia, y como era su obligación, este miembro del jurado leyó centenares de escritos de todo el mundo (literalmente). De estos centenares de textos breves (malos, buenos o regulares, es indiferente para nuestro caso), solo un pequeñísimo porcentaje se podía calificar como microrrelato. Se leyeron pensamientos de todo tipo, historias didácticas, poemas sentimentaloides... En fin, una gran variedad de géneros, y muy pocos minirrelatos, tal como los entendemos nosotros, lo cual sería, en palabras de nuestro adorado Ginés S. Cutillas, un «texto breve en prosa, de naturaleza narrativa y ficcional, que usando un lenguaje preciso y conciso se sirve de la elipsis para contar una historia sorprendente a un lector activo» (2016: 14).

Esta experiencia fue el germen del taller de escritura de minirrelatos en español del cual les hablaremos a continuación, empezando, cómo no, por los objetivos de dicho taller, que fueron fundamentalmente tres:

 

a)  explicar a las personas que iban a participar qué se entiende por minificción, al menos en el ámbito iberoamericano,

b)  ayudar a personas que no poseen el español como lengua materna, pero que tienen un dominio muy alto de él, a expresarse en este idioma a un nivel más complejo,

c)  conseguir, mediante el análisis y la aplicación de la teoría y el intercambio de opiniones, algunos textos de relativo valor literario.  

 

Pero ¿quiénes son las personas que organizaron dicho taller? Se nos permitirá añadir aquí una pequeña semblanza de los dos.

 

          i) Konstantinos Paleologos es Catedrático de Traductología Aplicada y Literatura Española en la Facultad de Letras de la Universidad Aristóteles de Salónica. Además enseña Literatura Española y Escritura Creativa en la Universidad Abierta de Grecia y Traducción Literaria en la Universidad de Málaga. Es escritor de minicuentos y traductor del español al griego de más de 100 libros de autores y autoras como Valle-Inclán, Pardo Bazán, Unamuno, García Lorca, Emar, Sábato, Delibes, Vázquez Montalbán, Llamazares, Chirbes, Bryce Echenique, Villoro, etc. Además es autor de minificción en griego y español.

          ii) Eduardo Lucena es Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Córdoba (España) y vive en Atenas desde 2007, donde enseña español y literatura, dirige un grupo de teatro aficionado que trabaja y representa obras hispanas y organiza, junto a Konstantinos Paleologos, talleres de traducción literaria del español al griego y viceversa.

 

Fruto de nuestra colaboración y de numerosos talleres de traducción organizados en Grecia y en España es la antología Proyecto GreQuerías. Antología del minicuento griego contemporáneo (Málaga, EDA Libros, 2020), la primera antología de minicuentos griegos en una lengua extranjera.

         

En 2023, pues, y tras todos estos acontecimientos que les hemos narrado anteriormente, pensamos organizar un taller, en español y en línea, de 14 horas de duración (en siete sesiones de dos horas), dirigido a grecohablantes, pretendiendo, sobre todo, introducir a tod@s l@s interesad@s en los secretos de la creación minificcionista. Dicho taller, efectivamente, tuvo lugar a principios de 2024 (desde mediados de enero hasta finales de febrero). En esta ponencia trataremos de narrar detalladamente los episodios de esta aventura, presentando todas sus etapas, sus desafíos y dificultades, exponiendo el material utilizado y las fuentes de inspiración y ofreciendo por supuesto ejemplos de la producción de nuestr@s estudiantes.

Las  personas inscritas en el taller (por orden alfabético: Niki Alexakou, Ilektra Anagnostou, María Athanasiadou, Theoni Kambra, Thanasis Koronis, Nikos Manousakis), todas con un dominio muy alto del castellano, recibieron un mes antes del inicio del taller, esto es, a mediados de diciembre de 2023, cuatro breves textos teóricos sobre minificción, textos que consideramos de lectura indispensable puesto que combinan la condensación teórica con altas dosis de sentido de humor:

 

a)  «El microrrelato, una introducción al género», de Ginés S. Cutillas,

b)  «El microrrelato: ese arte pigmeo», de Pedro de Miguel,

c)  «Trece consejos para escribir microrrelatos», de Orlando Romano,

d)  «Decálogo del perfecto minificcionista», de Fabián Vique.

 

          así como una breve antología de minirrelatos (de menos de 75 palabras) de grandes figuras del género: Borges, Monterroso, Cortázar, Jodorowski, Shua, Barros y otr@s. Antes de proceder a la presentación detallada del taller, hay que subrayar que l@s estudiantes habían recibido los cuatro textos teóricos en su versión original y, además, traducidos al griego.

          El jueves 18 de enero de 2024 tuvo lugar el primer encuentro del grupo en la plataforma Webex. El objeto de este primer encuentro, de dos horas de duración, fue hablar, partiendo de los textos teóricos estudiados, sobre qué es (y qué no es) minificción, cuáles son sus características y su relación con textos literarios breves de otros géneros como son las greguerías, los aforismos o los haikus. En esta ocasión, aparte de los cuatro autores ya mencionados, se comentaron aportaciones de teóric@s de la talla de Francisca Noguerol, Lauro Zavala, Fernando Valls, Clara Obligado, David Lagmanovich, Edmundo Valadés, Juan Armando Epple, Violeta Rojo, Guillermo Samperio, Dolores Koch y otr@s.

          Al final de dicho encuentro se presentó a l@s estudiantes la programación de las siguientes sesiones, que fue como a continuación se detalla:

 

          i) 25 de enero: escribir un relato de hasta 50 palabras (título incluido) que contuviera tres palabras dadas de antemano [en este caso, las palabras dadas fueron: ademán, montón, trepa];

Como era de esperar, “trepa” se prestó a innumerables preguntas por parte de los mininarradores. ¿Es solo verbo? Y si es así, ¿podemos cambiarle la persona, el número, el tiempo, el modo: trepan, trepo, trepé, treparé, trepara o trepase...? Pero, ¿y si se trata asimismo de un sustantivo? ¡Qué manera de trepar quien usara ese “trepa” intentando trepar en el taller para escribir el mejor minirrelato de la primera semana!

ii) 1 de febrero: escribir un relato de menos de 50 palabras con la condición de que fuera en primera persona;

Ábacos, calculadoras, dedos de la mano... Todos a contar palabras y a mirarse el ombligo: aritmética y narcisismo. Todos a decir lo que no nos atreveríamos a decir a nadie más: recuerdos, experiencias personales, traumas ocultos, esperanzas más ocultas aún... Yo y nadie más que yo, pero sin pasarse: hasta cincuenta palabras.

iii) 8 de febrero: escribir un relato de una temática concreta para tod@s (policial, erótico, de ciencia ficción...), siempre con un máximo de 50 palabras [por votación se decidió que tod@s escribiéramos un minirrelato de ciencia ficción];

Primera votación por sufragio intergaláctico para decidir el tema del siguiente relato. En contra de todas las expectativas (estos dos servidores se morían por el relato erótico), ganó por mayoría la temática de ciencia ficción, por lo que de repente se nos llenaron las pantallas de robots, de extraterrestres y de platillos volantes, de un futuro que cada vez es menos futuro.

iv) 15 de febrero: La elipsis (citando literalmente) es uno de los recursos fundamentales de un microrrelato. Te pedimos, pues, que comiences a narrar in media res, o sea, en un momento intermedio de la historia. Sitúa a tu(s) personaje(s) en una situación límite ya iniciada, en medio de un concierto, de un tiroteo, de una cama vacía, de una cárcel, de un partido de fútbol, de una discusión de dos novios, de una catástrofe natural, pero con la condición de no sobrepasar las 70 palabras [se dieron de antemano ejemplos de relatos empezados in media res];

Contadores expertos a estas alturas del taller, ya nos podríamos permitir el lujo de experimentar con el proceso narrativo, con la diégesis. Esto del in media res nos llevó a nuestros viejos diccionarios, de cuando aprendíamos latín, pero nos llevó también a rebobinar al revés la película, a ir hacia adelante y hacia atrás, un pasito palante, un pasito patrás, ya saben...

v) 22 de febrero: escribir libremente un relato de hasta 75 palabras;

Libertad igual a libertinaje. A estas alturas del mes de febrero, con la primavera griega a la vuelta de la esquina y el final del taller a la vuelta de la siguiente, los mininarradores nos soltamos la melena (en nuestras pantallitas del Webex se notaba mucho mejor) y dimos alas a nuestra pluma y a nuestras teclas, para darle a la humanidad relatos de toda índole y condición, de una calidad que ya nada tenía que ver con la de un mes antes.

vi) 29 de febrero:  relectura y revisión de todos los relatos y preparación de una antología mediante la votación de los mejores micros de todo el proceso.

Sin comentarios. Esto de releer y revisar debería estar prohibido por ley.

 

Hay que aclarar en este punto que los dos organizadores del taller tenían ellos también la «obligación» de escribir los minirrelatos requeridos, siguiendo el mismo ritmo de l@s estudiantes.

Los relatos se enviaban el fin de semana antes de cada encuentro a Konstantinos Paleologos y a Eduardo Lucena, quienes hacían las correcciones lingüísticas pertinentes y procedían a comentarios con respecto a los puntos fuertes y las posibles debilidades de cada relato. Estos archivos se enviaban individual y personalmente a sus autoras y autores, quienes tenían el derecho de enviar una segunda versión de sus relatos hasta el miércoles previo al encuentro. Una vez reunidos los 8 relatos en su versión final se enviaban a todo el grupo, junto con los comentarios de los dos coordinadores (en el caso de ellos dos, había comentarios únicamente del otro coordinador).

En la sesión virtual, los minirrelatos eran leídos por las propias autoras y autores, y tras cada lectura se generaba un breve e interesante debate acerca del texto en cuestión: sentido, motivación, mensaje o intención... Este era, como pueden entender, el punto más interesante de todo el proceso. Los comentarios, en la mayoría de los casos, inducían a una tercera versión de muchos de los minirrelatos, la cual se enviaba en su momento a los coordinadores. En el último encuentro, se volvieron a leer estas terceras versiones de todos los relatos y dimos paso a los retoques finales (cuarta versión) y la elección, por votación secreta, de los minicuentos más destacados. En total se escribieron 50 minirrelatos (en algunas sesiones algun@s de l@s participantes escibieron más de uno) y se eligieron, para nuestra antología grupal, un total de 20, que van ustedes a poder leer en el anexo de este ensayo.

Concluyendo, queremos recordar que el primer objetivo de este taller experimental era hablar de lo que es minificción, en un contexto en el que dicho género, por considerarse erróneamente de fácil escritura, corre el peligro de perderse en un mar de despropósitos. Creemos que este objetivo ha sido logrado en el microcosmos del taller. Si encima hemos conseguido dar a luz un puñado de minirrelatos decentes e irreverentes, nos damos más que por satisfechos.   

 

 

Bibliografía

 

·        Cutillas, Ginés S., «El microrrelato, una introducción al género», Quimera: Revista de literatura, Nº 386, 2016, págs. 12-16.

·        Miguel, Pedro de, «El microrrelato: ese arte pigmeo», El Mundo s/f, consulta: 20 de diciembre de 2011, disponible en: https://www.elmundo.es/especiales/2001/05/sociedad/diadelamadre/pigmeo.html

·        Romano, Orlando, «Trece consejos para escribir microrrelatos», La Nave de los Locos, 27 de febrero de 2008.

·        Vique, Fabián, «Decálogo del perfecto minificcionista», El Cuento en Red. Revista Electrónica de Teoría de la Ficción Breve, Nº 29, verano 2014, p. 39.

 


 

Anexo: Los 20 minirrelatos más votados por los propios miembros del taller

 

 

Obras incompletas

Siempre me gustaron las autobiografías, aunque está claro que nadie ha podido hasta ahora escribir una completttttttttttttttttttttttttttttttttttttttttttttttttttttttttttttttttttttttttttttttttttttttttttttt

 

Eduardo Lucena

[primera persona]

 

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Última voluntad

Así como estoy tirado en la cama, en pañales y balbuceando, viéndote subir las escaleras, lo único que puedo desear es volver a nacer.

 

Ilektra Anagnostou

[primera persona]

 

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Séptimo miau

Oí los frenos chirriando y sentí el choque en la cabeza. Todo iba difuminándose. Arrodillada a mi lado, podía oír sus gritos.

―Es mi gato, por favor, llamen a… ¡aguanta, Séptimo!

Hice una última mueca de resignación.

―Es inútil, Marigaila, esta fue la séptima vez.

 

Nikos Manousakis

[primera persona]

 

>.<>.<

 

Sueño intranquilo      

Me acordé de aquel día en el que mamá me llevó a conocer el mar. Las olas se parecían a ovejas y el agua cristalina a un espejo. Cuando me desperté sobre la toalla, las ovejas estaban todavía allí y en el espejo se reflejaba mi rostro envejecido.

 

Theoni Kambra

[primera persona]

 

>.<>.<

 

Maricón

Hoy, decidida, cogió la callejuela que llevaba décadas evitando, y con una mezcla de temerosidad y nostalgia paró delante del lugar en el que había escuchado por primera vez la palabra que cambió su vida.

No sintió nada al ver, con la cabeza entre las rejas, el patio de recreo en que todo había empezado. Lo contemplaba serena, mientras los niños jugaban indiferentes a ella, como se suelen contemplar las cosas que ya no te pueden hacer daño.

 

Konstantinos Paleologos

[temática libre]

 

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Liberación

Viajaba durante años en este tren. Ya no sentía la ilusión de cuando subió. Era cómodo y acogedor, eso sí, pero no había más sorpresas, todo igual día tras día. Y, sin embargo, nadie más parecía molestarse. “Será que soy rarο yo” pensaba para apaciguar su sofoco. Aguantó así veinte años. Hasta que un día, saltó por la ventana de su compartimento.

Aunque solo por un segundo, estuvo libre.

 

Niki Alexakou

[temática libre]

 

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Pasajeros al tren

Años después, con un pie sobre la puerta del vagón, oscila el exiliado. Siente algo de vértigo al mirar las vías. Por ellas pasan, en un traqueteo incesante, imágenes de la anhelada patria. Del pasado. “El dictador ha muerto”, anunciaron ayer por la radio.

El exiliado, cargado de presente en su maleta, baja el pie. Pita el tren. Se marcha. ¡Pasajeros al trennnnn!, trae el eco en una lengua que ya comprende.

 

Eduardo Lucena

[temática libre]

 

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Momentos casi eutanásicos

En la habitación del hospital neoyorquino entra el sicario. Al ademán del paciente tetrapléjico, hay que inyectarle Pentobarbital. Así recibe un montón de dinero tan imprescindible para su trepa social. Se oyen las campanas de la capilla, se va deprisa. Resulta que es beato.

 

Thanasis Koronis

[tres palabras dadas]

 

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La llamada

Hace un montón de días que no la ha visto por la cabaña. Inquieto, trepa hasta la cima de un árbol, toma aire, prepara la llamada de la selva, hace el ademán con las dos manos, y con la derecha pulsa el nombre de Jane sobre la pantalla. 

 

Eduardo Lucena

[tres palabras dadas]

 

>.<>.<

 

El árbol y la enredadera

La niña trepa entre los cuerpos de sus padres tendidos en la cama. Sus ademanes confiados la llenan de seguridad. Ellos no son padres del montón como los de la patria que se oyen en la sala disputando sobre los derechos de las parejas homo.

 

Nikos Manousakis

[tres palabras dadas]

 

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Huapango a montón

La admira: ella rifándose en la tarima. Le hace un ademán invitándolo a bailar —o así cree él. Entonces, evitando que el gentío lo pisotee, trepa al árbol más cercano, se relame para ponerse guapo y se lanza a la cabeza del hombre que la está coqueteando.

 

Ilektra Anagnostou

[tres palabras dadas]

 

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Caída libre de un hipocondríaco

Al saltar del helicóptero recuerdo que la estufa está todavía encendida en casa. “Qué despistado estoy, será demencia senil prematura” murmuro en pleno vacío. “Ya, al pisar tierra dejaré los deportes extremos y me buscaré terapia” me digo. “Joder…, que me estrello…” grito desesperado.

Esta es la pesadilla que tengo cada noche, doctor, desde que el veterinario diagnosticó que mi Carlitos sufre del síndrome del gato paracaidista.

¿Es algo grave?

 

Thanasis Koronis

[in media res]

 

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Amor eterno

Escasas semanas antes de que ellos dos se dieran cuenta de que lo suyo acabaría con su vida anterior, Ignacio Belíndez sacó su mítico libro de minirrelatos, Minitonterías. Lo leyeron, dos desconocidos aún, por separado y lo volvieron a leer, ya dos amantes en pleno frenesí, juntos. Lo tradujeron inmediatamente a su idioma. Jamás publicaron la traducción.

Ignacio Belíndez permanece ajeno a todo esto.

 

Konstantinos Paleologos

[in media res]

 

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Final de juego

No le había sido fácil llegar a este punto. Había tenido que saltar con mucho cuidado de piedra en piedra para no caer en el abismo y al mismo tiempo esquivar los pájaros monstruosos volando por encima. Y ahora, enfrentándose con el dragón, más que salvar a la princesa le motivaba ahorrarse la repetición del esfuerzo.

 

Niki Alexakou

[in media res]

 

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Justicia muda

Ni palabra para defenderme. Era culpable de doble roboticidio. La comunicación con el juez concluyó en 29,64 segundos telepáticamente. El algoritmo tribunal fijó mi sentencia: Exilio a la vida atávica terrestre del año 1981. ¡Qué barbaridad! Moriré sin nunca conocer a John Lennon. Apelaré enseguida.

 

Thanasis Koronis

[ciencia ficción]

 

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1991

Ulises declara que necesita tiempo para pensar cómo penetrar los muros de Troya. Se encierra en la diminuta cámara acorazada y hace la pregunta. HAL-9000 le responde: “En el vientre de un animal de madera; quizá un perro.”

 

Ilektra Anagnostou

[ciencia ficción]

 

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Proyectos

Aquí estoy. Navegando por el espacio sideral buscando regiones incógnitas. Los aparatos indican que aquel astro es idóneo para poner en marcha el proyecto Neon. ¡Qué alegría! Por fin, pasado tanto tiempo desde el proyecto Génesis. Además, aquellos pobres seres descarriados están ya fuera de mi cobertura.

 

Nikos Manousakis

[ciencia ficción]

 

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De excepciones

Hacían el amor como locos. Nunca usaron anticonceptivos, ya que los científicos siempre aseguraban que el cruce entre los habitantes del planeta Piripiri y los del Mirimiri era imposible. A mí, me tienen en una jaula, llevándome de galaxia en galaxia como demostración de que en toda regla hay excepciones.

 

María Athanasiadou

[ciencia ficción]

 

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Castigo

―Nos extinguiremos sin llegar a saber qué hay más allá –piensa con resignación y alivio el último ser humano sobre la tierra, sintiendo el letal abrazo del robot y presintiendo su final.

Entonces el autómata afloja su brazo, castigando a su creador a no morir aún.

 

Eduardo Lucena

[ciencia ficción]

 

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