[https://www.uantwerpen.be/en/conferences/congreso-ahbx/]
IX
Congreso Internacional de la Asociación de Hispanistas del Benelux: «Tendencias actuales
en el Hispanismo»
Cada dos años, la Asociación de Hispanistas del Benelux organiza
un congreso internacional. La sede del evento alterna entre Bélgica y los
Países Bajos. El 9 y 10 de septiembre de 2021, la Universidad de Amberes en
Bélgica será la institución anfitriona del noveno congreso de la
Asociación bajo el título “Tendencias actuales en el Hispanismo”.
>.<>.<>.<
Sesión 6, jueves 6 de septiembre, de 12.00h a 13.30h: Feminismo y violencia (Mesa 6), K 102
Modera: Dagmar Vandenbosch (KU Leuven)
- Florian Homann (Universität Köln, Universität Münster) “El rol de la mujer, las estructuras sociales y la violencia en tres novelas colombianas”
- Eva Van Hoey (Universiteit Gent) ¿Una representación feminista?: La violencia de género (el feminicidio) en la crónica Huesos en el desierto de Sergio González Rodríguez
- Adelmar Ramírez (Universidad de California en Los Ángeles) “Okupas de un pensamiento vacante: la cuestión relativista de la víctima”
- Konstantinos Paleologos (Universidad Aristóteles de Tesalónica, Grecia) Coautores: Luisa Marisol Fuentes Bustamante y Panagiotis Xouplidis(Universidad Aristóteles de Tesalónica, Grecia) “Voces femeninas y discurso feminista en la minificción hispanoamericana del siglo XXI: Argentina, Chile, México”
Voces femeninas y discurso feminista en
la minificción hispanoamericana del siglo XXI: Argentina, Chile, México
Grupo de investigación FeMiniVoces:
Luisa Marisol Fuentes Bustamante
Konstantinos Paleologos
Panagiotis Xouplidis
1. INTRODUCIÓN A LA MINIFICCIÓN
La minificción se considera, aunque no sin
ciertas reticencias teóricas y metodológicas, un género literario relativamente nuevo, aunque hay que señalar que la
brevedad en la narrativa es conocida desde los tiempos de Esopo, pasando luego
por Apolodoro, los cuentos orientales, la paradoxografía, los escritores
latinos, Boccaccio; los textos ascéticos y hagiográficos de la teología
medieval, etc. Desde mediados del s. XIX se detectan muestras de literatura
brevísima en la producción de muchos países, en particular en países de habla hispana
e inglesa. A partir del s. XX, y ya centrándonos en la producción en lengua
española, la narrativa
hiperbreve (los términos microrrelato, microcuento, minificción, etc. entrarían
en nuestras vidas a partir de la década de los ’80) empieza
a cultivarse por insignes
autores de la talla de Juan Ramón Jiménez, de Ramón Gómez de la Serna, de Jorge
Luis Borges o de Augusto Monterroso. Hasta llegar a la explosión del género que
desde finales del s. XX y en lo que llevamos del s. XXI ha adquirido difusión y fama mundial y se ha
consolidado como el cuarto género narrativo (tras la novela, la novela corta y
el cuento).
Los rasgos distintivos más importantes de la
minificción son la extrema brevedad, la densidad sémica, la narratividad y, muy
frecuentemente, la intertextualidad. Es una forma de narrar que exige la
participación activa del lector, ya que es él el que fundamentalemente
construye el relato con los escasos, pero sugerentes, materiales que le proporciona
el autor.
Cerrando esta pequeña
introducción, subrayamos que si bien las narraciones hiperbreves tienen sus
raíces en la antigüedad en forma de aforismos, proverbios, refranes, cuentos
tradicionales, inscripciones funerarias o fábulas, sería correcto afirmar que
la narrativa hiperbreve con ambición literaria, es producto de finales del s.
XIX, y el microrrelato, como término, de finales del s. XX.
1.1. La minificción en Hispanoamérica
Si quisiéramos
detenernos en ciertos acontecimientos-clave de la
narración hiperbreve en lengua española en América Latina, habría que empezar
por 1888, año en el que se publica el primer libro hispano que incluye relatos
mínimos (además de poemas), se trata de Azul
de Rubén Darío; en 1917 el mexicano Julio Torri edita su libro Ensayos y
poemas. Curiosamente, uno de los «poemas» de este libro, titulado «A
Circe», se considera, hoy en día, el primer microrrelato propiamente dicho en lengua
española; en 1949, aparece el primer libro compuesto exclusivamente de relatos
mínimos: Varia invención del mexicano
Juan José Arreola; en 1953, Borges y Bioy Casares editan el monumental Cuentos breves y extraordinarios, todo un hito de la minificción[1]; en 1959, Augusto Monterroso publica su
colección de cuentos cortos y microrrelatos, Obras completas (y otros
cuentos), en el que se incluye El dinosaurio, el microrrelato más
famoso en lengua española; en 1981, la profesora de origen cubano afincada en
EE.UU. y pionera en el estudio del microrrelato, Dolores M. Koch publica, en el
número 30 de la revista Hispamérica,
el primer texto teórico en español sobre el microrrelato titulado «El micro-relato en
México: Torri, Arreola, Monterroso» [primera
aparición del término «microrrelato» en el ámbito
hispano]; en 1986, la misma autora,
publicó en la revista Enlace, números 5 y 6, el artículo «El micro-relato en la
Argentina: Borges, Cortázar y Denevi»[2].
Por último, en 1991, el profesor y escritor chileno Juan
Armando Epple emplea por primera vez el término «microcuento» en su Brevísima relación. Antología del
micro-cuento hispanoamericano.
Un papel
importante en la consagración y el florecimiento del género en América Latina,
en la segunda mitad del siglo xx, lo desempeñaron tres revistas literarias dedicadas al
cuento y al microrrelato, mucho antes de que este último se pusiera de moda: la
más antigua de ellas es la mexicana El
cuento, fundada por el escritor Edmundo Valadés, que tuvo una larga vida de
tres décadas, desde 1964 hasta 1994, año en que murió su fundador [A partir de
2000 hasta 2016 El cuento se
transformó en revista electrónica que, bajo el título El Cuento en Red,
se dedicó a la teoría y la práctica de la ficción breve]. En 1980 apareció en
Colombia, dirigida por Guillermo Bustamante
Zamudio y Harold Kremer y dedicada exclusivamente a la difusión de la
minificción, la revista Ekuóreo
(en 1992 salió el último número). Actualmente,
la revista Ekuóreo ha abandonado el formato papel para
mudarse a la red; la edición cibernética se llama e-Kuóreo. Por último, en 1986, dirigida por Mempo Giardinelli se
editó en Buenos Aires la revista Puro
cuento, de corta vida, puesto que su trigésimo sexto y último número salió
en otoño de 1992.
2.
VOCES Y ESCRITURA LITERARIA FEMENINAS
EN HISPANOAMÉRICA
Durante
un largo período histórico, a las mujeres se les negó la posibilidad de
involucrarse en la realidad sociocultural y en la formación de valores de la
conciencia individual y colectiva. La ininterrumpida tradición de la escritura
femenina en la literatura iberoamericana es inherente a la lengua española,
aunque el modelo cultural estaba basado en prácticas colectivas en donde la
cultura dominante, los valores éticos y las normas estaban condicionados muy a
menudo por el sexismo y el machismo. Por consiguiente, el evidente dominio
masculino condenó al olvido o a la indiferencia a numerosas obras literarias escritas
por mujeres hispanoamericanas. Pero esto fue antes.
En la literatura iberoamericana contemporánea el feminismo
comenzó a hacerse notar en las últimas décadas del s. XX con la revolución sexual y el
movimiento feminista importados de Europa y de los EE. UU. Α partir de las
décadas de los ochenta y de los noventa del s. XX, las escritoras del post-Boom
literario latinoamericano rompieron con símbolos y mitos intocables: se
cuestionaron la autodefinición de mujer. En los años noventa, comenzó a
expandirse el sentido epistémico feminista en las llamadas «políticas
de ubicación»,
que incluyeron un modelo al considerar no solo «la diferencia»
en términos de diversidad sexual, sino además los múltiples agravios
comparativos que soportan las mujeres a nivel étnico-cultural, sexo-género,
clase social, etc.
Las narradoras latinoamericanas en la actualidad pretenden
transmitir y expresar las diversas identidades femeninas; prestan
conscientemente sus voces a otras mujeres silenciadas en un mundo de hombres; sobre
todo, intentan poner de manifiesto la conciencia de la nueva mujer
latinoamericana y su realidad.
3.
LA FE-ΜΙΝΙ-FICCIÓN
HISPANOAMERICANA DEL SIGLO XXI
La
fe-mini-ficción hispanoamericana del s. XXI, al ser la respuesta
literaria de una época en concreto, presenta a las lectoras y a los lectores
una problemática de conflicto de género en la cual se manifiestan distintas
formas de poder: familiar, étnico, político, de género, etc. Las
mujeres-escritoras de minicuentos en América Latina escriben hoy en día con un
claro propósito: cuestionar cómo se aplica o, mejor dicho, se impone el poder y
cómo alguien se enfrenta a él o le contradice en el campo textual. La escritura
literaria de la fe-mini-ficción, con el objetivo de restaurar la voz
femenina, busca expresar y preguntarse sobre categorías de ser, vivir, sufrir,
disfrutar, escribir como mujer (en) textos hiperbreves.
El grupo de investigación FeMiniVoces, que desarrolla
sus actividades en el marco de la Universidad Aristóteles de Salónica, estudia
en los últimos años la minificción escrita por mujeres, la fe-mini-ficción, en Argentina, Chile y México en lo que va del s. XXI. Nos hemos puesto en
contacto con decenas de escritoras y hemos leído y analizado innumerables
minicuentos. A continuación, viene una pequeña muestra de nuestro trabajo de
investigación, contada en forma de historia con la ayuda de algunos de los
minirrelatos.
En realidad se trata de la historia de un conflicto, de algo
que no funciona bien desde los mitos fundadores de la feminidad arquetípica. En
nuestra historia, pues, la construcción de lo femenino se presenta como «quimera»; algo que tiene que ser olvidado justamente para poder renacer:
«Una
quimera es una quimera»
Trataron de extinguirlas a como diera
lugar. Y como buena quimera desapareció. Se hizo escurridiza. Nadie pudo
encontrarla. Entonces comprobaron que era uno de los tantos imposibles creados
por el hombre. Luego, cuando por fin convenció al mundo de su inexistencia,
apareció triunfante. Logró su cometido, se volvió inmortal y más real que
nunca. Ahora, habitan en los diccionarios del mundo denominadas: idea falsa o
vana imaginación, demostrando que si se les define son. (Cecilia Eudave, ΜÉXICO, 2011)
«Demostrando que si se les define son», de ahí la urgente necesidad
de una renegociación de los mitos.
«Calipso
II»
Ulises, no emitas palabra alguna.
Ándate, si es lo que deseas, corre a los brazos de tu tejedora, cuéntale que
estuviste en una isla deshabitada y que vagaste durante siete años hundiendo
los pies en la arena, naufragando de hambre, soñando el tejido de tus propias
añoranzas, deseándola con los labios partidos de sal. No dejes, Ulises, que yo
intervenga en tu historia heroica. Sé que partirás mar adentro; nadie oirá
acerca de mí. Seré el agua por donde irá tu barco. Penélope me beberá, y sabrá
por qué te dije: Los ahogados siempre retornan a su playa de origen. (Lilian
Elphick, CHILE, 2009)
En
este caso, Ulises ya no es amante o/y esposo, y mucho menos héroe,
sino un desgraciado rechazado por ambas, amante y esposa, que además se
comunican secretamente entre ellas: «Penélope
me beberá, y sabrá». Υ la reacción de Penélope, de la «santa» de Ulises, no tarda
en producirse:
«Una
santa»
Que yo quería que fueras feliz, aunque
no fuera conmigo, decía cuando me preguntaban si no me daba pena que te fueras
con otra, y convertía el dolor en sonrisa. Buena gente -me decías- de buena
ley. Y continuaste confiado comiendo en mi mesa y bebiendo de mi copa. Buena
gente -pensaban todos- y cuando moriste, en mí no recayó ni la menor sospecha. (Claudia
Andrade
Carreño, CHILE, 2013)
En su constante lucha por emanciparse, la mujer casi que
no tiene aliados, no puede contar con la ayuda de nadie, ni siquiera de su
familia:
«Apoyo
familiar»
Luego de que terminara nuestra
relación, mi familia, al verme tan triste, insistió en que lo enterrara muy en
el fondo, que así lo olvidaría para siempre. Ahora ninguno me quiere ayudar a
cavar la fosa ni a sacarlo de la envoltura en que lo guardé. Dicen que es por
el olor y los gusanos; yo creo que es falta de empatía. (Lorena Díaz Meza,
CHILE, 2017)
Por eso se ve obligada a declarar su desprecio ante el
juez:
«Confesión»
«Contraje
matrimonio con ese hombre» declaró
la mujer frente al juez, «porque
era época de epidemia y sólo quedaban vacunas contra la gripe». (Laura Nicastro, ARGENTINA, 2010)
Aunque en realidad, un discurso de «emancipación» no llega
nunca a ser formulado, a causa de la ley paterna de prohibición de lo femenino que solo
deja espacio para subversiones y reformulaciones de lo reprimido dentro de lo simbólico
fundamentado:
«Reconciliaciones»
Solía regresar cada tanto a su pueblo.
La calle principal, que llevaba a su casa, seguía sin asfaltar, y sombreada por
las mismas moreras de la infancia.
En lentas
conversaciones con su padre iba por fin limando la distancia que siempre los
había separado.
Después se
despertaba.
(Rosalba Campra,
ARGENTINA, 2008)
Por
lo que hemos visto y leído hasta ahora, las utopías literarias feministas
formuladas a partir de los textos mínimos posibilitan la subversión del orden,
resignificando los símbolos institucionalizados tradicionalmente en el
imaginario colectivo para construir nuevas imágenes subjetivas de la mujer.
Podría ser el caso de la diferenciación entre el «Yo»
y el «otro
Yo»
expresado en las ramificaciones florales del siguiente minicuento,
«Tú»
Nuestra vida está poblada de
enredaderas y secretos que explotan en flores y bulbos brillantes que nos hacen
olvidar las raíces oscuras que a momentos asoman sus ojos claros de entre la
tierra. Yo tengo muchos ojos así que parecen dormidos y que de pronto parpadean
y gritan. Yo tengo flores de navajas adheridas a los dientes que brotan como
espuma de carbón sulfatado. Yo tengo el desatino de ser como mi otro yo. Ese
no: el otro.
(Iliana Vargas,
MÉXICO, 2012)
La
fe-mini-ficción, al fin y al cabo, es un juego de géneros, matriz de
género sexuado literario y de feminidad textual performativa:
«Juego»
Viéndolo lerdo para el arranque, Eva se
animó: «Juguemos a la maestra. Alumno Adán,
¡saque una hoja!» (Caro Fernández,
ARGENTINA, 2014)
Por
lo tanto, un estudio de lo femenino en la minificción en Hispanoamérica se
convierte en un estudio de la represión en la que se basa todo el orden social,
en este caso concreto en Argentina, Chile y México. No obstante,
conviene concluir este periplo volviendo a recordar la naturaleza agonizante femenina por
la opresión parasítica de los hombres:
«Erosión»
Te nutriste de mi savia y respiraste mi
aire. Te internaste en mis humedales, nadaste en mis lagos y ríos. Te hartaste
con mis frutos y arrasaste mis flores. Secaste mis aguas hasta convertirme en
tierra árida, en desierto, en polvo arrastrado por el viento. (Francisca
Rodríguez Aguilera, CHILE, 2017)
El
término experiencia femenina podría designar el proceso por el cual se
construye la subjetividad femenina, para todos los seres sociales de sexo
femenino, como un complejo de efectos de significado y percepciones resultantes
de la interacción semiótica con los elementos no-semióticos. La configuración
de los efectos significados, llamados experiencias femeninas, está cambiando y
reformándose continuamente con su compromiso continuo en la realidad de las
relaciones sociales de género. La subjetividad femenina a través de las
experiencias vitales en sus relaciones específicas con la sexualidad constituye
precisamente la experiencia en género femenino. Por lo tanto, los efectos
significados y las auto-representaciones producidas por la poética de la fe-mini-ficción
son los elementos que construyen los discursos femeninos en la narrativa
hiperbreve de las autoras de Argentina, Chile y México en el s. XXI.
[1] No obstante, hay que subrayar que en este libro Borges y
Bioy Casares presentan como microrrelatos fragmentos de textos mayores y esto
va en contra de la naturaleza de dicho género, tal como lo entendemos hoy,
puesto que este último, no hay que olvidarlo, es una estructura cerrada, un
texto completo, ajeno al fragmentarismo.
[2] En este punto conviene destacar la enorme importancia y
el papel que han desempeñado las teóricas literarias en la consagración y
consolidación de la minificción en el mundo hispano: Graciela Tomassini, Laura
Pollastri, Irene Andres-Suárez, Clara Obligado, Violeta Rojo, Francisca
Noguerol entre muchas otras.
Δεν υπάρχουν σχόλια:
Δημοσίευση σχολίου