Gran selección, letra pequeña
El
grupo de traductores que dirige el profesor Konstantinos Paleologos ha
alumbrado una necesaria antología bilingüe de microrrelatos escritos por
autores hispanófonos que trasciende la mera recopilación de textos para
postularse como propuesta de un canon del género. No es la única vez que, en un
corto período de tiempo, este avezado grupo de traductores se acerca al género
del microrrelato hispánico, ya que durante 2018 produjeron también la
traducción de Microcolapsos, uno de
los últimos libros de la escritora de lo inusual Cecilia Eudave, y por este
motivo podemos comenzar a mirar a esta escuela de traductores como el origen de
la especialización en este género literario, tan adecuado a los patrones de
consumo y a la mezcolanza de formatos de
nuestro tiempo.
Lo
que en principio parecería ser una empresa de traducción sencilla, dada la
brevedad de los textos micronarrativos, acaba convirtiéndose en una desafiante
labor por la proximidad que el género mantiene con lo lírico, en cuanto a
lenguaje, y con lo filosófico y aforístico, en cuanto a profundidad temática.
Los juegos micro- pueden adquirir un
tono muy serio cuando se erigen en desafíos epistemológicos, amenazan la
integridad de la cosmovisión del lector con sus paradojas y acertijos o
despliegan toda una red de significaciones posibles favorecida por las
sugerencias del lenguaje poético del que muchas veces se sirven. Por todos
estos motivos es justo elogiar la labor realizada en las páginas de estos Mini71cuentos: además de superar con
holgura este cúmulo de desafíos, los traductores han alumbrado un libro ágil,
entretenido, jugoso, liviano y pesado a un mismo tiempo, y delicia de cualquier
lector, incluso de aquel que no sea asiduo de la micronarración. Porque esta
obra sirve de introducción idónea al género, la gesta debe ser debidamente
apreciada.
La
naturaleza introductoria de esta antología se refuerza con un prólogo que
realiza un sustancioso recorrido por la teoría y la historia del género.
Apropiándose de las reflexiones realizadas desde la teoría de la literatura, su
firmante, el profesor Palaialogos, traza la evolución histórica del género sin
obviar ninguno de sus hitos en lo referente al mundo hispánico, aunque no deja
de pagar las deudas que se les debe a cuentistas universales como Chejov, Kafka
o Forster. El coordinador de esta obra pivota en torno a la ficción hispanófona
pero demuestra que conoce los hilos que la conectan con el fenómeno
internacional de la narrativa breve, que comienza a analizar y compendiar desde
Rubén Darío. Su aguda mirada al género no obvia tampoco la influencia de las
nuevas formas de escribirlo, especialmente en el siglo XXI, con la
consolidación de redes sociales como Twitter o, un poco antes, con la extensión
del uso de SMS y la mensajería móvil como forma de comunicación. Podremos hacer
un análisis, si se quiere, pesimista del estado y calidad de la lectura
realizada por las nuevas generaciones, pero no podremos afirmar que los jóvenes
de hoy, así como los usuarios de cualquier edad de smartphones, tablets o
Internet, no escriben. Se escribe mucho más a lo largo del día que hace dos o
tres décadas, aunque se escriba de forma abreviada y ello suponga, en
ocasiones, atajos que poco gustan a los (sin duda, necesarios) guardianes de la
norma. En cualquier caso, obvio es que estas formas de comunicación han
incidido sobre la literatura, de la que en ocasiones participan (siendo Twitter un interesante nido de
experimentos en este sentido), y a la que han acabado afectando
indefectiblemente en sus parcelas líricas y micronarrativas.
Como
es lo hispanófono el campo del cual el doctor Paleologos y sus traductores
extraen los relatos recogidos en estos Mini71cuentos,
el prologuista atiende muy especialmente a las aportaciones teóricas y críticas
de los autores hispanoamericanos al género que, afirmaría yo, son por lo
general más significativas y relevantes que las producidas en el territorio
peninsular. El modernismo, movimiento que ya supuso una innovación americana
con respecto a lo producido en España, fue una de las cunas de la
experimentación formal, y precisamente con Rubén Darío arranca esta antología
de microrrelatos, probablemente amparada en la certeza de que situar el origen
de cualquier innovación formal y literaria contemporánea en el nicaragüense
tiene pocas posibilidades de ser errada en el ámbito hispánico. Esta
sensibilidad americana se materializará en la antología mediante la abundante
presencia de autores americanos, y lo cierto es que la obra logra ser un bien
mesurado equilibrio entre la calidad literaria de los relatos escogidos y la
representatividad nacional, aunque en general predominan los autores españoles.
Algunos escritores repiten, como Jorge Luis Borges o Antonio Fernández Molina,
sin duda porque sus logros literarios y sus aportaciones al género micro- lo merecen. Sabemos que en toda
selección crítica se han de sacrificar muchos nombres valiosos, pero difícil
será afirmar que alguno de los recogidos aquí sobra. Además del estético y el nacional, otro de
los criterios que se han tenido en cuenta a la hora de realizar la selección ha
sido el histórico. Todas las décadas, desde finales del siglo XIX, son
representadas en esta obra, y ello muestra su afán por constituirse como una
antología canónica en cuanto a género pero abierta en su calidad de compendio
histórico. El arco temporal abarca los períodos que se dan entre 1893 (fecha
del primer relato, firmado por Rubén Darío) y 2012, y de estos años se han
recogido los relatos más impactantes y logrados, si bien, como decíamos, se ha
intentado mantener la representación de todos los períodos históricos, lo cual
permite demostrar la pervivencia del género a lo largo de toda la
contemporaneidad. Este criterio antologador permite también recoger tanto los
primeros logros del microrrelato en la historia más reciente como los más
rompedores, publicados en las últimas décadas. En ocasiones, apreciaremos
alguna irregularidad en el impacto estético proporcionado por las muestras
escogidas, ya que el criterio histórico adquiere necesariamente una
preponderancia por encima del estético en algunas décadas, pero sin embargo se
mantiene bien afinado este otro de los equilibrios que exhibe esta antología:
el mantenido entre historia y crítica.
Otro
punto a favor de esta recopilación es lo que la lleva a convertirse en algo más
que una antología y una introducción al microrrelato, y revela al tiempo el
cuidado y la atención que el compilador ha puesto en su obra. Una de estas
distinciones la constituye la ordenación de los relatos de la antología, que en
ocasiones decide incluir en una misma página dos textos que, a pesar de haber
sido escritos en períodos o países diferentes, dialogan entre sí, como el eco
clarísimo del ínclito texto de Augusto Monterroso en otro microrrelato que le
sigue en la misma página (y, por cierto, abre la antología), firmado por Jaime
Muñoz Vargas: “Cuando copió, el copyright todavía estaba allí”. Además de estas
interconexiones que se activan fácilmente entre los microrrelatos antologados,
los textos despiertan la amplia y variada gama de efectos estéticos normalmente
atribuibles a este género: desde la ironía más amarga, como la de Orlando Van
Bredam, a la pura comicidad, transitando también lo trágico, lo obsceno, lo
terrorífico, lo ingenuo, el misterio o la perplejidad a la que conducen las
paradojas y aforismos incluidos en muchas líneas. El juego con lo histórico en
cuanto a lo político y social se da frecuentemente, como sucede en una
revisitación de la historia de la vida de Hitler, o incluso la parodia
antropológica, como la que constituye el final alterado del famoso cuento de la
bella durmiente, ejercicios irónicos que en la posmodernidad encuentran un
fácil acomodo. Pero los microrrelatos seleccionados también van más allá, y las
categorías que rigen nuestra forma de medir la realidad más básicas (lo
temporal, lo espacial), pero también
nuestras habilidades perceptivas, en general, son retadas por textos que
utilizan el lenguaje con una habilidad tan asombrosa que uno llega a plantearse
su misma existencia como lector, ya que el microrrelato ha sido, desde su
formulación, un género muy afín al reto epistemológico que plantea lo
fantástico y todos sus derivados.
Por
todos estos motivos, creo justificada la afirmación con la que comenzaba esta
reseña, y esta antología sirve tanto de canon del microrrelato como de
justificación de las teorías que el prologuista había expuesto al comienzo de
la obra. Para rematar, además, su cariz académico, el libro acaba con una
relación, no precisamente micro- ni
breve, de los distintos autores seleccionados y una reseña de los aspectos más
importantes de su vida, su obra o su poética. Esta última parte es una sección
verdaderamente nutrida que demuestra de nuevo el cariño con el que se ha
tratado este volumen que pretende ser un cimento clave de lo que en Grecia se
divulgue sobre el microrrelato a nivel teórico, crítico y, por qué no, al nivel
de la misma praxis literaria. No queremos olvidarnos, antes de acabar, de
remarcar otro de los valores que reviste: el didáctico. La condición bilingüe
de esta antología otorga al estudiante de griego o de español un grupo de textos
de notable calidad estética que le permitirá indagar en los difícilmente
transitables caminos de la traducción literaria. Los motivos para mirar
favorablemente esta pieza surgida de los talleres de Salónica son múltiples, y
sin duda no queda más que felicitar tanto a su coordinador como a sus
participantes por la altura teórica, crítica y traductora que han conquistado.
Benito Elías García-Valero
Universidad de Alicante
Universidad de Alicante
Mini71cuentos
Ανθολογία ισπανόφωνου μικροδιηγήματος
Εκδότης: Σιδέρης Μιχάλης
ISBN: 9789604680504
Σειρά βιβλίου: Literatura
Αριθμός Σελίδων: 114
Εξώφυλλο: Μαλακό
Διαστάσεις: 21 x 14
Γλώσσα Γραφής: ελληνικά~ισπανικά
Γλώσσα Πρωτοτύπου: Ισπανικά
Έτος Έκδοσης: 2012
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